domingo, 25 de septiembre de 2011

Bis

Voy a ser tu lado izquierdo.



















Janis Joplin - Ball & chain

El toque cotidiano

Agosto. Lunes.
Sonó el despertador y su manía de quitarme la dulzura.

Mi cama estaba más tibia y maternal que nunca. Quise volver a dormir pero la responsabilidad me ganó... a decir verdad, lo que me ganó fue la hora: 7:36am. Hora de clase: 8:00am.
Cogí el pantalón del(los) día(s) anterior(es) y una casaca larga para que no se notara mucho la pijama (eufemismos, quise decir "para que no se notara mucho la ropa vieja que los simples mortales usamos como pijama").
Cerré la puerta y verifiqué -obsesiva-compulsiva- que esté bien cerrada.


Una suave garúa me lavó la cara.
Me encantan los días con neblina, se visten así solo para que una se sienta comprendida.
Crucé los jardines, rogando no encontrar ninguna paloma en extinción (¿Es que se ponen todas de acuerdo para morir en invierno? En fin, no las juzgo también me gustaría morir en invierno, pero no en un parque). Llegué a la avenida. La gente toma apurada su emoliente y come panes untados con deseperación y palta mientras leen los titulares  llenos de accidentes en carreteras, políticos amorales y vírgenes que pasean por ciudades europeas. El semáforo se cambió a chupetín rojo, corrí hacia el bus con un grupo de gente, peleando con los carros que aún no se qué parte de línea de "peatones" no comprenden.

Con suerte encontré asiento. Me senté junto a una mujer de aproximadamente unos 35 años, maquillada... demasiado maquillada, de esas que no sabes si es porque tienen mucha plata o mucho tiempo. Mi codo aún dolía por la operación. Se levanta del asiento y golpea mi codo con su cartera rectangular de cuero mostaza (¡¡¡¡¡por la recontra triple ultra PUTA!!!!!) saqué la cartera semi incrustada en mi codo.

Ella: ¡Oye! ¡¡¡qué tienes malcriada, me has podido matar !!!!
(La miré a los ojos incrédula y despedí una risita burlona mientras volteaba mi cara hacia la ventana, pensé: como carajo puedo matarla por mover su cartera... debo tener poderes. Vamos Laura, es lunes, no intentes pelear con nadie, respira y cuenta hasta 10 -conté hasta 26- y menté la madre mentalmente a cada una de sus pestañas postizas)
Bajó. uffff...27.
Cobrador: No le hagas caso.- Me sonrío con complicidad.
Le devolví la sonrisa, tratando de convencerme no perturbada.

Como les decía: me encantan los días con neblina, se visten así solo para que uno se sienta comprendida...  ando sospechando que van con tu estado de ánimo.

Todos corremos
todos gritamos
todos reflejamos en la ventana una tristeza que apremia
y que ni siquiera puede salir de los vidrios....
Algo anda mal en Lima:
                                              ... y no es su neblina.