domingo, 10 de junio de 2012

Trocitos

"Cuando empezaron a desaparecer
hace tres, cinco, siete ceremonias
a desaparecer como sin sangre
como sin rostro y sin motivo
vieron por la ventana de su ausencia 
lo que quedaba atrás/ ese andamiaje
de brazos cielo y humo.

Cuando empezaron a desaparecer 
como el oasis en los espejismos
a desaparecer sin últimas palabras
tenían en sus manos los trocitos
de las cosas que querían

Están en algún sitio/nube o tumba
están en algún sitio/ estoy seguro."
("Desaparecidos" de Mario Benedetti)

Por nosotros, desaparecidos, soy de luto siempre.
Estoy de ríos hondos, 
de cristos profundos,
de carnes en completo estado de vacuidad.

Estoy, pues, convencida
del terror que llevamos en nuestras uñas.

Cada día me soy más culpable, 
como si cargara yunquecitos 
en el corazón 
en los lacrimales 
en mis precipitaciones nocturnas.

Quiero que una cámara no nos robe el alma.

¿Cuánta carga puede llevar una foto carné
y cuán inmunes pueden estar los hombres
para verla y no mirarla?

Quiero dejar mis lagunas negras para otro mesías
uno sin sangre,
sin últimas palabras
y sin rostro,
uno que sea lluvia y humo,
que esté formado por los trocitos de cosas que querían.






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